domingo, 3 de julio de 2011


- Venga pide un deseo. - me decía mientras ambos mirábamos pasar una estrella fugaz.
- Ya está. - le dije.
- ¿Qué has pedido? - preguntó inquieto.
- No te lo puedo decir, sino no se cumple. - intentaba hacerme la interesante. Observaba en sus ojos como iba creciendo la duda.
- Va, eso son tonterías, los deseos siempre se cumplen, en este momento tienes al universo trabajando en lo que has pedido así que ya me lo puedes decir. - me decía él con una seguridad inexplicable. 
- Pues he pedido un Ferrari - dije sonriente. 
- ¿Un Ferrari? - me miró sorprendido.
- Sí, ¿qué pasa? cada uno desea lo que quiere. - exclamé. - además tengo ¡a todo el Universo de mi parte! - le imité. Se me escapó una carcajada.
                                                            
-¿Tienes que estropear siempre todos los momentos bonitos? podías haberme mentido y decir "he deseado que me des un beso" o " que estemos juntos para siempre". . . pero no, tú quieres un Ferrari y no tienes ni el carnet.- dijo.
- Es que hoy es Martes. . .- dije enseñándole el calendario de su reloj.
- Sí, ¿y qué? - preguntó tumbándose en el césped.
- Que dijimos que nos querríamos solo de Miércoles a Domingo. . .- dije tumbándome a su lado.
- Ah sí. . . tienes razón. . .- dijo con una voz muy tenue.
- ¿Qué has deseado tú? - le pregunté con la esperanza de que rompiera aquella absurda promesa.
- Pasar una noche con Angelina Jolie. . .- dijo con una sonrisa picarona. - Puestos a pedir.
- Imbécil. - exclamé.
- ¿Qué día es hoy? - usó mis mismas palabras haciéndome burla. 
- Martes - dije a regañadientes. 
- Pues eso. - dijo concentrado mirando las nubes y los dibujos que formaban en el cielo.

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